lunes, 17 de junio de 2013

CUENTOS Y RELATOS. TERCERA PARTE



LA TIENDA DE MIS RECUERDOS

Su origen se remonta al año de 1932, en la vereda Casablanca,  ubicada en las estribaciones de la cordillera oriental, zona del Catatumbo, en una  casona  enmarcada por cafetales, matas de plátano y potreros para la ganadería. Su misión: servir como un micro centro de mercado para los campesinos y como una actividad laboral para la nueva familia que organizaron mis padres Don Teodoro y Doña Socorro.
En 1948, ante la necesidad de educar a sus hijos, van a vivir a Convención, (Norte de Santander), continuando las labores de la tienda en la calle del Tamaco, hasta 1981 cuando llegan a Ocaña, a la vía central de ingreso y salida de la ciudad, sobre calle de San Agustín; una peligrosa vía, muy congestionada por el tránsito de buses, camiones, taxis, carros particulares, motos, bicicletas y hasta patinetas. Allí estaba el lugar  atendido por la abuelita de ojos azules, amable y sonriente.
En la vitrina mostrador se encontraban comestibles para los niños: caramelos, bocadillos y dulces de tamarindo, ariquipes y helados, que cuando disminuían en la venta, regalaba uno a un pequeño con la condición de que se lo comiera ahí, - parado en la puerta - con esto lograba que los transeúntes se antojaran para comprar a los hijos y llevar otros a casa.
En los estantes, se exponían artículos de primera necesidad para vender,  desde un cuarto de panela, una onza de queso, un kilo de papa y cereales que pesaba en una balanza o peso colgante de reloj.  Hilos o una aguja si era la solicitud del cliente.  Cuidaba que no se acabaran los artículos para la alimentación de un hogar: pan, harina para hacer arepas, el café y el aceite para freír. Además tenía productos múltiples de aseo personal: papel higiénico, jabones, máquinas de afeitar, elementos de limpieza del hogar: la escoba, el trapero, el jabón fab, cresopinol  y hasta una moto usada de propiedad de su nieto Rubén, que Ella vendió con mucho orgullo.
En las fechas de temporada la tienda se veía surtida para la ocasión: al comienzo del año con el festival de la cebolla y los carnavales, se expendían cajitas de maicena, para alegrar las fiestas, cerveza o licores que se sacaban del refrigerador para consumir en otro sitio. En febrero, lápices y cuadernos para los escolares. En Semana Santa: velas, latas de sardinas y salmonetes. En septiembre papeles de regalo y tarjetas de amor y de amistad. En octubre dulces para el triqui, triqui halloween y en diciembre las luces de bengala, tarjetas de navidad y harina para los buñuelos. Los productos eran empacados enhojas de bijao, cuando la industria del papel para envolver no estaba bien desarrollada y posteriormente, en bolsas traídas de San Antonio de Táchira.  
Los productos eran empacados en hojas de bijao, cuando la industria del papel para envolver  no estaba bien desarrollada y posteriormente,   en bolsas traídas de San Antonio del Táchira. ¡Imposible olvidar la pequeña vitrina en vidrio y tintilla para organizar los medicamentos de primeros auxilios!
Con su convicción cristiana detectaba fácilmente al que pasaba en ayunas, igualmente, premiaba a quien le ayudara a cargar el mercado unas ocho cuadras, entonces solicitaba a Rosa o a Nena quienes vivían con ella, para que les diera algo de comer.  La tienda, era un sitio amable, donde se tejían relaciones de amistad, se daba la ñapa y un trato personalizado al que solicitara su atención.
En las paredes, se pegaban propagandas comerciales como: Mejor mejora mejoral, Coca cola la chispa de la vida, pony malta bebida de campeones, Colombiano toma colombiana la mejor bebida, cerveza águila sin igual y siempre igual; que ella organizaba para que llamaran la atención como buenos espacios de propaganda comercial. A un costado de la puerta de ingreso, se acumulaban canastas de cerveza y cajas de cartón, que reutilizaba para enviar encomiendas a los hijos y nietos que estaban distantes, quizás para acercarlos a esa tierra que habían dejado. Más que encomienda, era un guardado de amor de una madre.
Allí, se desarrollaba una economía de barrio, el dinero de las ventas se reinvertía para pagar proveedores y reabastecerla, ¡Si había déficit en la contabilidad! Teresa o Fernel estaban presurosos a auxiliarla.
La capacidad mental de quien la dirigía era de admirar, porque sin calculadora o lápiz hacía cuentas exactas, que le permitieron lucidez mental hasta su último día.
El horario para vender lo daba el cliente, porque si por descansar, a la hora de la siesta o en la noche muy tarde se cerraba la puerta,bastaba pedir por la ventana para cumplir sus necesidades. Los compradores demostraban su satisfacción al ser atendidos con dinero o sin él. Por eso, días después de su ausencia, se halló el cuaderno de deudas por cobrar y favores que la hacían extrañar en toda el vecindario.
Las personas que pasaban por allí, le llevaban noticias, que Ella confirmaba con lo escuchado en la emisora “Radio Catatumbo”, o investigaba con otros clientes antes de aceptar el comentario. ¡Cuál sería su sorpresa en aquella triste madrugada, de un seis de enero, cuando le informaron que dos cuadras abajo en Martinete, un disparo oficial acabó con la vida de un joven inocente, que resultó ser uno de   sus nietos, por no atender un toque de queda. O en ese triste medio día, al enterarse que su amado Mario; ese nieto activo, honesto y cariñoso,  no volvería cada mañana a saludar, a llevarle los encargos, a contarle de sus pequeños hijos, porque yendo a cumplir sus labores como funcionario de Fedegan en Pailitas, lo acribillaron en un camino de herradura. Desde aquí soportó el tortuoso secuestro de su hijo José de Dios y el maravilloso abrazo de su reencuentro. En el sitio de ventas abrigó a sus catorce retoños, 29 nietos, 1 bisnieto enseñando ética, el valor del trabajo, la constancia y el amor.
La tienda no se libró de la conducta irracional de la guerrilla: en un paro armado le dieron orden de cerrarla o la tumbarían a tiros. Tiempo que aprovechó para descansar en su mecedora, dedicarse a la Oración por ellos, por sus clientes, sus hijos y la población entera. Al pasar los días, los alimentos se hacían escasos, otra vez llegaron los mismos hombres a pedir que les vendiera y que podría abrir para atender a su clientela.
Los 75 años del funcionamiento de la tienda de Mamá Cocó, dejaron lecciones de vida y orientaciones para quienes se forman en mercadotecnia y microeconomía.
Una noche de agosto en 2007 la tienda se cubrió de luto, en la funeraria entre muchas ofrendas florales, se veía una de rosas blancas enviada por la asociación de tenderos de Ocaña, cultivada en el afecto de los clientes y proveedores,  indicando que: No se muere, si se vive en el corazón y en la memoria de aquellos a quienes seles ha servido. ¡Esa es la tienda de mis recuerdos!...

ADIOS A MI MADRE
Tu nombre: Socorro, orientó toda tu vida. Ayudando a la familia y al prójimo. Tus 14 hijos, de los cuales 11 estamos vivos te damos gracias por habernos dado la vida y haber luchado al lado de nuestro Padre Teodoro, para formarnos en los valores cristianos como ciudadanos de bien.
También tus 29 nietos, 34 bisnietos, un tataranieto y todos los familiares te damos gracias por tu ternura y por el inmenso amor que nos brindaste durante los 96 años de tu bella existencia.
Has muerto como mueren los justos, en Paz con Dios; que es la misma Paz que El nos infunde para seguir viviendo.
Las flores que adornan tu tumba, son el reflejo de tu sonrisa, con la que siempre nos recibías al saludarnos, acéptalas como oraciones dirigidas a Dios nuestro Señor para que te perdone y te reciba en el cielo.
Mamá te enviamos con el Rosario en las manos y los lirios blancos para que los entregues a la Virgen, así como Tu nos enseñaste cuando éramos niños.
La Virgen de Torcoroma, te ha cubierto con su manto y los ángeles te han acompañado ante el Padre Eterno; desde ya puedes dormir tranquila y descansar en Paz. Adiós Madre adorada, la mujer más bella, la abuelita de los ojos azules.
Damos gracias a los médicos que dieron asistencia a tu salud, a los sacerdotes y diáconos que te asistieron espiritualmente, gracias a lospresentes y ausentes por la solidaridad cristiana con la que nos han apoyado en este momento de dolor por tu partida.
Despidamos a nuestra madre como una reina triunfadora de la vida y del amor con un fuerte aplauso. Ocaña 31 de agosto 2007

UNA AVIONETA EN LA FINCA.
Cuando el reloj de la torre de la iglesia daba las 8 a.m. Don Jaime se presentó a la finca La Cuadra de Barón, atendiendo la convocatoria que la emisora comunitaria había divulgado para la selección de un administrador agrícola.
La entrevista se centró en averiguar si el candidato tenía experiencia en el manejo de ganado lechero, técnicas de ordeño, inseminación, alimentación y cuido del ganado, siembra de pastos, mejoramiento de cercas y postes.  Temas que fueron abordados con excelente dominio por parte del entrevistado. Muy bien, Don Jaime, usted ha sido seleccionado.
Para motivarlo, le informé que la Finca tenía un Título de cinco Acciones Privilegiadas del Aeropuerto de Sogamoso, adquiridas el 1° de diciembre de 1945, por su propietario Luis Alejandro González Cerón. Como era urgente su vinculación, impartí la orden de traer del potrero cercano al aeropuerto, la Avioneta, para cargarla con los árboles que se deberían sembrar a lo largo del camino.
El trabajador que minutos antes expresó gran alegría por su nuevo cargo, se sintió desmayar y me dijo: “No Señor, yo hago lo que quiera, pero No se pilotear”.
Le dije, claro que usted puede pilotear, la Avioneta es el nombre de la burra, que en la finca se utiliza como auxiliar de carga. Al escuchar esta aclaración, Don Jaime se rió y agregó “Ahora sí nos podemos entender”.
El incidente fue conocido en toda la comarca y cada vez  que la burra rebuzna a las 5 de la mañana, los campesinos la identifican como la avioneta de la finca que empieza a calentar motores para emprender la faena diaria.

EL TÍTULO DE DON.

Dominis o Señor. Los españoles utilizaron el DON,  para referirse a las personas respetables, con ética y moral intachable, personas sin mancha en el pasado, dignas de respeto y admiración. Hombres legítimo orgullo de la comunidad.
A mis 24 años, cuando apenas comenzaba a tener experiencias de la vida, mi suegro me llamaba Don Daniel, más con un sentido educativo, quizá para recordarme que debía ser modelo de conducta digno de imitar. Así consolidé mi personalidad, hoy es el título con el que los campesinos me saludan al pasar por sus fincas o el ciudadano desprevenido me identifica en el atrio de la iglesia, antes o después de la misa mayor.
Estando en mi parcela tuve un sueño: veía pasar por la orilla del río, muchas personas y los perros gritaban “No pasen por aquí mi amo es un gran señor y tiene título de Don.
Ahora me siento orgulloso que me llamen Don Daniel es sonoro y elegante, me ha permitido asimilar el rol de hombre que ama el campo, sin agenda y sin horario, dejando para el recuerdo el título de “Profe”.



CENTRO COMERCIAL DE LA ACADEMIA

En un extraño sueño, llegué al centro de la ciudad, en ese momento se anunciaba una reunión en el Consejo Municipal, para dar información sobre los nuevos programas de Post grado que la universidad estaba promocionando. Al no tener una actividad programada, deambulaba por la calle, debido a mi condición de maestro pensionado… ingresé al salón para informarme de las novedades universitarias.
El conferencista, hombre adulto, encanecido, conocedor del arte de la información y promoción, como buen publicista de un supermercado, presentó muchos programas de maestrías y doctorados en las áreas del conocimiento y de las artes… al finalizar su exposición manifiesta que en ese día la universidad garantizaba a quien se matriculara en dos programas pagaría solo una matrícula, era una promoción académica de dos por uno.
Me llamó la atención que en el listado se incluía un doctorado en Cementerios, ¡Carajo! Dijo un vecino, estos son los avances del conocimiento, hasta para morirse uno, tiene que obtener un  diploma, porque San Pedro ya está alertado de este requisito de Admisión.
Una anciana como de 80 años que también asistió a la conferencia, me pregunta: profesor, ¿usted en qué doctorado se va a matricular? – Señora le respondí – a mis 65 años solo necesito llegar a Dios y para ello no se requiere el título de doctor. La anciana se despide comentándome que ella va a realizar el doctorado en cementerios, le dije: “Adios Señora que le vaya bien, ojalá NO la vayan a Cremar.”



EL AMOR ANDA
En la finca “La Cuadra de Barón” ubicada en  las fértiles tierras del cacique de Firavia… WILMAR ALFONSO, un joven emprendedor, nacido en Ocaña, construyó una cabaña que llamó “LA MORANDA” convirtiéndola en su paraíso terrenal.
Una mañana del 9 de octubre del año 20-10, salió presuroso a buscar la Paz; mientras caminaba, observó que cerca de “La Casa Blanca” salió una joven virtuosa llamada TATHIANA vestida de blanco, a buscarlo a Él. En ese instante, las flores del campo como símbolo de ternura y encanto adornaron  el camino que ambos debían recorrer mientras las mariposas doradas revoletearon por la comarca, invitando a familiares y amigos a celebrar la unión matrimonial.
Hoy ¡El Cielo bendice ese encuentro! Unamos nuestros buenos propósitos a la felicidad de los recién casados para que en una sola oración llegue a Dios… y El derrame bendiciones al nuevo hogar a sus proyectos personales y profesionales.
Nosotros sus padres – Daniel y Alicia, Alfonso y Nancy – hacemos entrega de nuestros corazones llenos de experiencia, ética y valores cristianos, donde además encontrarán el siguiente mensaje: “Un hogar se construye todos los días con constancia, comprensión y pequeños detalles de amor”

¡BRINDEMOS POR LOS NUEVOS ESPOSOS!













PROMESA A UN RIO.


EL catorce de Mayo del 2011, en plena ola invernal, el río chiquito enfurecido como un león se desborda en la toma de riego llamada “La Concordia” colindante con “La finca La Cuadra” que antaño fuera del conocido Chato González.

Para llegar a Firavitoba, atraviesa las poblaciones de Pesca, Iza, campos y veredas, donde se utilizan sus aguas, para el abrevadero del ganado,  y el riego de pradera.
Lo conocimos de aguas cristalinas, allí los niños jugaban con sus arenas blancas y con los pequeños peces. Los abuelos convirtieron los domingos en paseos al río para almorzar en familia, contemplar sus bellos paisajes y descansar. Hoy los ribereños con su indiferencia y maltrato ven navegar por sus aguas basuras, palos, animales muertos. Las instituciones, como USO Chicamocha o  Corpoboyacá, que tienen como misión el cuidado y mantenimiento la cuenca del río, reciben impuestos de desecación, mientras que olvidan las tareas de dragado profundo y fortalecimiento del jarillón, tareas que se aplazan en el tiempo. De las autoridades municipales se recibe la orden de talar los bosques que formaron alamedas a la orilla del río, en contravía con el aprendizaje infantil, de sembrar árboles para que las aguas no se agoten y las aves acompañen el amanecer con sus trinos o arrullen a sus críos con el atardecer.
¿Cómo vivimos ese terrible episodio? Los habitantes respondieron al llamado del Sacerdote, por el alto parlante de la parroquia, hicieron un frente unido, en compañía de doscientos soldados del batallón Tarqui, para taponar el boquete con lonas de recebo y arena, fortalecerlo con estacones de los eucaliptos centenarios, que  cumplían una misión en ese día. Evitar que el rincón sagrado se inundara.  Queda ahora una deuda por pagar: Que los Maestros en las escuelas y los colegios  hagan una pedagogía de atención al río, para que las nuevas generaciones gocen de ese paisaje con salud, vida y un mejor futuro. Los habitantes prometieron cuidar el Rio, con amor y con respeto, convertirlo en un Rey soberano, atenderlo en el invierno y cuidarlo en el verano.


BIENVENIDOS A LA FINCA LA CUADRA
                     
Un pedazo de tierra donde el aire tiene olor a cielo.
Donde el sonido de los pájaros es un concierto.
Y como dice el poeta Carranza al evocar la naturaleza,
“Es un espacio de frescura, de silencio y de las hojas verdes”.

La casa blanca, donde se desborda la sonrisa de los abuelos,
Allí, está el recuerdo de Don Luis y Doña Hercilia
Pioneros de esta estancia, que labraron la tierra con esfuerzo,
cultivando amor, para cosechar felicidad.

El río, adorna su paisaje y las aguas  dan de beber al ganado.
En La Moranda” y en “Morato” se construye el amor.
Mientras las aves tejen sus nidos en el follaje,
Los loros y los gallos despiertan el amanecer,
para anunciar que la Cuadra, es un remanso de Paz.

Aquí encontramos caminos bordeados de flores y de árboles.
Por donde anda un hombre con sus sueños.
Sueños como los suyos por los seres que ama,
Por el motivo que lo trajo, por la esperanza que lo alimenta.

¡Que todas sus ilusiones se cumplan
y que su estadía en ésta finca,
Sea tan placentera como en su propio hogar!







FALSA IDENTIDAD.

Corría el año 39 y reclutaron a Pedro Arturo para que se incorporara a las fuerzas armadas de Colombia a prestar su servicio militar obligatorio. Se distinguió por su obediencia y respeto a los superiores. A los 24 meses el Capitán de la brigada le informa que ya ha cumplido con el servicio y debe presentar su registro de nacimiento para recibirun auxilio económico que sirva para el transporte a su lugar de origen. Con mucha alegría el soldado escribe a sus familiares en la tierra del cacique de Firavia, anunciando su llegada y les solicita con urgencia una partida de bautizo y su documento de identidad. Diligentes con el encargo, hacen llegar el envío, que gustoso recibe y presenta al Comando. Se da lectura y… ¡oh sorpresa! En la parroquia figura que fue bautizado con el nombre de Arturo.  ¿Solamente Arturo?
Bastó con la lectura del documento para que el capitán tomara la decisión  al respecto: El Nuevo soldado Arturo, debe cumplir el servicio Obligatorio de 24 meses, ya que el soldado Pedro Arturo aquí presente, NO figura en los documentos legales.  Con humildad y algo dolido, decidió aceptar la decisión del Capitán y se fue a las filas, con el convencimiento de servirle a la Patria sin ponerle problemas.
A los 25 años, contrajo matrimonio con María Teresa, siendo madrina la señora Balbina, ceremonia registrada en la misma parroquia. Crece la familia, los hijos van a terminar el bachillerato les piden anexar losregistros de nacimiento y del matrimonio de los padres a la usanza de la época, entonces don Pedro encuentra que sus hijos figuran como hijos naturales, ya que en el registro parroquial, aparece casado con  la difunta Balbina quien había sido su Madrina de Matrimonio, mientras que la verdadera mamá No podía calmar la ira y frustración de sus hijos que armaron viaje al extranjero para nunca más volver.Mientras a sus 93 años, la gente del pueblo al verlo pasar, le grita:Adiós don Pedro Arturo….




UNA GAVIOTA EN EL VATICANO
Eran las 13 horas en el mundo americano de un miércoles 13 de marzo del año 2013, cuando una gaviota de patas alargadas y pico largo y fuerte se posa en la chimenea del tejado que cubre la Capilla Sixtina, amenazaba que si los santos cardenales seguían demorando la elección del nuevo Papa; los mandaría a la Patagonia y se introduciría por la chimenea, para posarse en la cabeza de un purpurado para que los fieles en la plaza de San Pedro escucharan al camarlengo anunciar: Habemus Papam. Pero cuando el reloj señalaba la 1.30 de la tarde el humo blanco que se dispersaba por la plaza de San Pedro espantó la gaviota y ella voló como indicando que la Iglesia debe abrir sus alas para cobijar a todo el mundo y que su pico fuerte es el que debe destruir la caroña que se ha apoderado de los hombres vestidos de rojo: Bienvenido Papa Francisco, que la Paz del Señor esté Contigo y que la fuerzo del Espíritu Santo vestido de gaviota te acompañe en la jefatura del apostolado

CUENTOS Y RELATOS. SEGUNDA PARTE


INVESTIGANDO CON LA LUNA.


Lclase de ciencias naturales había terminado. El profesor Alfredo Cañón del grado quinto de primaria en el 59, con el propósito de incentivar el aprendizaje investigativo de los estudiantes dejó como tarea consultar la influencia de la luna en los seres vivos.
En las horas de la tarde antes de regresar a casa fuimos a la biblioteca, era un salón oscuro que albergaba libros viejos carcomidos por la polilla; nada se encontraba, solo la angustia de los escolares de no poder cumplir con la tarea.

En la noche antes de que la luz del pueblo se apagara, le pedí ayuda a mi papá, me fue relatando lo que se hacía en el campo, mientras tomaba apuntes en el cuaderno de tareas. El campesino hijo, me decía prepara la tierra en luna nueva, para luego esperar las cosechas, en creciente es buen tiempo para trasplantar arbustos, hacer injertos, podar árboles y hasta las vacas paren. En menguante, evitamos cortar árboles porque la madera de pudre, se curan los animales, ya que las heridas sanan en forma rápida. Cuando está como una arepa, grande y brillante es luna llena, es la luna de los enamorados, ellos salen con sus guitarras a dar serenatas a las novias, los niños gritan a la luna para que les de pan y queso y prometen regalarle una fortuna. Al terminar la explicación, agrega que una noche cuando prendió el radio de pilas en la emisora Sutatenza, escuchó una canción que decía: de un toro enamorado de la luna y que en la noche abandona la manada… Pero “si querés más información, decile a tu mamá que te ayude a buscar en el almanaque Bristol las fases de la luna”.
Al siguiente lunes, me correspondió el turno y leí lo anotado, todosescuchaban con atención y me ordena informar al curso el nombre de  la enciclopedia en que había investigado. Profe: en los libros nada se consigue. Fue mi papá quien me ayudó. Muy bien. La tarea está bien hecha. Dígale que Él es un hombre sabio y que la luna lo siga iluminando.










LA MAGIA EN LA PEDAGOGÍA.
                                                          

En las prácticas pedagógicas con niños de quinto grado en la escuela anexa de la normal de Convención, en una clase de ciencias naturales debía explicar el tema de la experimentación. Para ello recurrí a los conocimientos que Pepe Sarmiento nos impartió en clase de Química. Seleccioné la obtención del ácido clorhídrico, tema fácil para demostrar y motivar a los niños. Llevé al escritorio del salón, un mechero y dos tubos de ensayo con sus respectivas pinzas para sujetarlos. Mientras explicaba cómo obtenerlo y qué se requería; calentaba el agua (H2O) para separar y combinar los elementos: el Hidrógeno en forma de humo que conectado por una pequeña manguera pasaría al tubo que contenía solución de cloro (Cl), produciendo la reacción química del ácido clorhídrico. Expliqué los peligros y prevenciones para evitar quemaduras y el cuidado con los ojos y la piel.
En esta época la metodología tenía como influencia los pasos Herbatianos que me indicaban, que una vez concluida la explicación, los estudiantes deberían efectuar la aplicación del contenido para comprobar su aprendizaje.
Juan Carlos uno de los estudiantes decía: “Profe, yo quiero hacer magia” lo seleccioné para que frente al grupo repitiera el experimento, con la seriedad del aventajado que quiere hacer innovaciones, se concentra, hace las combinaciones químicas y en el momento que se produce la ebullición se asustó… me lanzó el contenido al Everfit, quemando la solapa del saco que estrenaba. Los chicos gritaban, ¿Qué pasó… qué pasó…? Mientras el director de la Práctica lo toma de la oreja fuera del salón y dice, en las horas de la tarde debe regresar con los padres a la Coordinación”
Al iniciar la jornada se reúnen el Director de la escuela, el director de prácticas, los padres, el estudiante y el practicante de 16 años, para ser informados de la expulsión del niño por el incidente.
Tomé la decisión de evitar la sanción, manifesté al Director: “No, nada grave ha pasado, Juan Carlos estaba haciendo Magia  y aprendió el tema”
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Y usted viera -  en el Congreso sobre la Calidad de la Educación en Colombia a comienzos del siglo XXI, realizado en Corferiasde Bogotá, escuché que alguien gritaba: Mi profe, mi profe… me abrazó y dijo Yo soy ese niño que le quemó el vestido. ¿Recuerda? De inmediato le dije, claro que sí, pero veo ¡que Ya puedes pagármelo!  “Así es Profe: Yo Ya se lo pagué, porque hoy, soy lo que soy, por usted que es un gran Maestro, me gradué en Biología y Química, hice posgrado en investigación y soy un Rector comprensivo que orienta la juventud, como usted que evitó mi frustración. Ésta es la magia de la Pedagogía.


EL HIJO DE LA CASA BLANCA.
El calendario señalaba el día 18 de noviembre de 1963. Mi padre regresaba de casa blanca, vereda donde él tenía su finca.
A las 12 m. mientras almorzábamos, radio Sutatensa en su noticiero del medio día, anunciaba la salida del Presidente Kennedy de la casa Blanca rumbo a Dallas Texas. ¿Qué está pasando en casa Blanca? preguntó mi padre. Nada respondí. La Casa blanca es la residencia del Presidente de estados unidos.
Ya en las horas de la tarde, mientras mi padre descansaba de la fatiga de trabajo en el campo, mi madre me acompañó al teatro del colegio para recibir el título de Maestro.
De regreso a la calle del Tamaco, sitio donde se ubicaba nuestra residencia pude percibir a lo lejos a mi papá, recostado en un taburete, contra la pared exterior de la casa; corrí rápidamente como cuando un niño quiere mostrar un juguete y al estar frente a él, leí la descripción del Diploma: El ministerio de Educación Nacional, le confiere a Daniel de J. Quintero Trujillo el título de MAESTRO DE ESCUELA RURAL. Al término de la lectura, se levantó, me abrazó emocionado y dijo: “Nunca pensé que un hijo de campesino llegara a ser maestro y menos nacido en la casa blanca sin ser hijo de Presidente Americano”.
Estas palabras quedaron grabadas en mi alma, años después en el ejercicio de la docencia universitaria, y rumbo a un congreso pedagógico en Paipa, acudí a un artista que había sido mi alumno, para que en pirograbado esculpiera la frase de mi padre con el seudónimo de TEOQUINSA. Y ¿quien era ese filósofo chino?, me preguntó. Es mi papá le respondí, entonces usted nació en la casa blanca? Claro que sí. Uff, profe… usted es un maestro respetable.


UN SUEÑO DE SER MAESTRO
El Gobernador Eduardo Cote Lamus, poeta y autor de los estoraques firmó en 1963 a mis 16 años, el diploma de Maestro de Escuela Rural, a él escribí desde mi pueblo natal solicitándole un nombramiento para ser docente en una escuela de vereda.
Al pasar el tiempo sin respuesta oficial y gracias a mi hermana Emilce, que ejercía la docencia en ese municipio, recibí su  apoyo para que viajara a la ciudad de Piedecuesta a continuar estudios de Normalista Superior. Aún allí abrigaba la esperanza que en algún momento recibiera una llamada de mi familia comunicándome la noticia del anhelado nombramiento; la llamada se hizo un 24 de septiembre, para informarme que El gobernador había muerto en un accidente automovilístico, noticia que enlutó el mundo de las letras, así mismo el de las escuelas de vereda, por no haberse nombrado a un maestro de escuela rural. Como la política de empleo en el país, no garantizaba el derecho al trabajo, resolví continuar mis estudios superiores y posteriormente, ejercer la docencia universitaria por cuarenta años.
Los tiempos avanzaron. En agosto de 2007, mientras mi madre agonizaba en la clínica San José de Cúcuta, quise mostrar a mi hija Carolina la oficina de gobierno y buscar en los archivos mi solicitud de empleo. Ya en ese lugar el funcionario lamenta no poder responderme, ya que diez años antes las llamas de un  incendio consumieron el archivo general. Y me dice: señor, siga insistiendo en su nombramiento ojalá logre que a su edad lo puedan vincular.
De regreso a la ciudad y mientras bajaba las escaleras del edificio, mi hija en un acto de amor y de ternura se dirige a mí para decirme “Papi, tu eres el símbolo del colombiano que tiene el valor de no dejarse vencer por las adversidades”. Sí hija, Gracias a Dios y a mi tenacidad por el estudio, logré un escalafón en la docencia universitaria y hoy a mi edad disfruto el derecho de ser jubilado.

ILUSIONES DE NAVIDAD.
¡Papi, llegó diciembre con su alegría!.
Eran las expresiones de dos niñas al comenzar el mes. Las emisoras engalanaban la temporada con la música de Navidad y Caracol dejaba escuchar su legendaria propaganda comercial: “Año nuevo y navidad, caracol a sus oyentes formula votos fervientes de Paz y Prosperidad”

                 
Los días previos a la novena salían al bosque de la Colina, acompañadas de sus amigos del barrio y de Ana María Peña, que por muchos años estuvo presente en sus juegos y aventuras infantiles.

Hacían fogatas, preparaban almuerzos campestres con arroz, papa, porciones de carne y toda la sazón del ambiente familiar, claro que, mientras hervía: recogían musgos, quiches, pajitas, para la elaboración el pesebre y al revisar el cocido, se habían colado a la olla, tres o cuatro ranitas saltarinas, para incrementar el almuerzo.

El 16 en la noche, reunidos alrededor del pesebre alistaban: el chucho, la pandereta, pitos y algún tambor improvisado para rezar la novena y acompañar los villancicos tradicionales: A la nanita nana, los pastores de Belén, el burrito sabanero y demás que hacían agradable el encuentro y la oración. Muy cerca a la Noche Buena, escribían la Carta al Niño Dios con solicitudes especiales, propias de esa temporada: dos o tres juguetes, la ropa, platica para que el papá pudiera comprar regalos, salud para los padres, abuelitos y para que, en el estudio del próximo año, obtuvieran parabienes.

Cuando los gozos se iniciaban, también venían risas y chistes, pero luego juntaban las manos, entornaban sus ojos al hacer la oración al  Niño y se encantaban con la frase: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”… entonces colocaban en el árbol, los escritos para que No se olvidara del regalo de navidad.

Terminada la consideración de la novena, corrían por los dulces, la natilla y las galletas untadas de diablitos y salían al parqueadero donde esperaban otros vecinos con quien compartir los dulces y seguir jugando hasta cansarse.

Recuerdo la expresión de felicidad en ese 25 de diciembre cuando Taty encontró su regalo, era un hermoso osito llamado “Kikoso risitas” con carita de ángel, boca recogida para chuparse el pulgar, piel de durazno, pestañas movedizas y abrigo de esquimal metido en una mochila para poder trasportarlo, mientras, Carol gozaba con su equipo de Fisher Price, que la hacía soñar con  las ciencias médicas.

Los juegos tempraneros despertaban a los adultos que apenas empezaban a conciliar el sueño por la larga espera de la noche de navidad.

Al rato, ya se habían arreglado para salir a Misa en compañía de sus padres y juguetes. ¡Justo para la Consagración! El Kikoso irrumpió en el llanto de niño recién nacido y una religiosa que acompañaba al Sacerdote, bajó del Altar y arrebató el juguete por irrespeto a la Casa de Dios. Tathiana y Kikoso lloraban en coro, Carol corre y dice a la monjita: “Señora no sea ladrona, el Kikoso es el regalo que trajo el Niño Dios a mi hermanita”. Los llantos eran ahogados por el tilín – tilín de las campanas de la iglesia, tiempo aprovechado por el papito amoroso,  para dirimir el conflicto infantil en la Misa de Navidad. Cerca a la puerta de la sacristía se recupera el juguete y dando la mano a las hijas, continúan atentos a la celebración.  

El osito seguía llorando, quizás porque en su imaginación observó en la calle rumbo a la Iglesia, que muchos pequeños del barrio despertaron esa mañana sin el regalo de navidad. Sin embargo, al llegar al hermoso pesebre que adornaba la sala del hogar, oraron  a los Reyes Magos que avanzaban a la Gruta de Belén, para pedirles que el 6 de enero, trajeran otros juguetes a los compañeritos, ya que el Niño Dios los había olvidado por su premura de llegar a la tierra a salvar la humanidad.





UN SITIO DE ENCUENTRO.

Había llegado a la capital de la montaña en 1970, para realizar estudios de postgrado en la universidad de Antioquia.
La ciudad era desde ese entonces Capital económica del país y un lugar apetecido para la realización de congresos académicos y científicos, como el que se realizó en Psicoorientación.
Existía el BAR GANADERO, ubicado en la avenida La Playa con Sucre. Era un sitio de encuentro de comerciantes, ganaderos, comisionistas, que como el joven Luciano, esperaban a  los clientes, para ofrecerles, Lotes de ganado, casas y apartamentos. Era el lugar que frecuentaban poetas, escritores y mientras tomaba un tinto, yo esperaba al esposo de una señora inválida, quien pasaba mis trabajos académicos a máquina para presentarlos a la universidad.
Al comienzo del mes de agosto, clientes y transeúntes veían pasar el desfile de silleteros, cargados con hermosas flores, cultivadas en el corregimiento de Santa Helena. El murmullo producido por laconversación de los presentes, se confundía con las arengas de los participantes en el desfile: “Cuando un silletero pasa, es Antioquia la que pasa”.
En un encuentro con el autor de la novela “La Casa de las dos palmas”  al referirme al Bar Ganadero, recordó que en una ocasión cuando el narcotráfico imperaba… se armó una balacera, un estudiante de derecho que pasaba por allí con el código de leyes soportado por la mano izquierda a la altura del corazón, se desmayó y cayó al piso, el médico que lo auxilió dictaminó que No Había muerto, porque la bala solo atravesó hasta el segundo capítulo del extenso código de leyes.
Cuatro décadas más tarde, al regresar del funeral de Ceci la esposa de  mi hermano Roberto, fuimos al bar, todos teníamos sombreros blancos, parecíamos unos montañeros elegantes que robaban la atención a la clientela, encontré a Luciano estropeado por los años, con la cabeza cubierta por la nieve. Nos saluda y dice: El Ganadero ya no existe, ahora se llama restaurante Apetipan, pero para los clientes, sigue siendo el mismo. Los estaba esperando, porque sabía que ustedes venían de la montaña, a comprarme un apartamento. Fernel se comunicaba con la familia allá en la región del Catatumbo y a voz en cuello les decía, esta es una gran ciudad, es el lugar donde se debe vivir. Si los gobernantes roban dejan algo para construir obras, mientras mi pueblo sigue sin carreteras y metido en un hueco. Ya al atardecer Luciano insistía: No me olviden que yo les vendo hasta el METRO para que lo lleven de regalo a la ciudad de Bogotá. Al final de la tarde, rumbo al Hotel Casa Blanca de Laureles, el taxista giró hacia el Parque Berrío, observamos La Gorda de Botero, dándole la espalda al Banco de la República, tal vez como señal que ni el dinero, ni las cosas materiales le importan, pues era más significativo vivir, para poder construir un mundo en Paz y de Alegría.


BUENOS DÍAS AMÉRICA.


Tenía como destino de viaje la ciudad de Puerto Carreño. En el Dorado abordamos un bimotor, se me notaban los nervios. Un pasajero se identificó como Paolo Lugari, director del centro gaviotas de los llanos orientales, que fabrica los arietes y molinos viento. Al observarme preocupado me manifestó que él, siempre hace el mismo recorrido y nunca ha pasado nada a pesar de ser aviones de la segunda guerra, que cuando se les apaga un motor aterrizan con el otro.
Llegué a la capital del departamento del Vichada con la misión de asesorar La Escuela Normal Superior, Federico Lleras Acosta en su proceso de reestructuración curricular, se programó la conferencia “Política de Formación de Maestros en Colombia”, el gobernador ordena transmitirla por la emisora Voz del Orinoco, para que la comunidad se enterara de los cambios educativos que el MEN, venía realizando. Allí se planteó la necesidad de formar un Nuevo Maestro con identidad regional para orientar a las comunidades indígenas y diseñar un currículo con enfoque investigativo. Terminada la intervención el gerente de la emisora me invitó a un restaurante en el puerto, para que me refrescara con los vientos de los ríos Orinoco y Meta, tomara una bebida fría, porque a esa hora del día el calor era intenso, nos atendió un hombre ciego que me identificó, ya que había escuchado la conferencia y su saludo fue: Profesor usted estaba en la mejor emisora de América. Al retirarse para traer las bebidas solicitadas el gerente me explica que a las seis de la mañana cuando comienza la programación, tiene como costumbre hacer un saludo cordial de “Buenos días América” lo que el ciego no sabe es que así se llama mi señora. Luego pensé que esa emisora ubicada entre Colombia, Venezuela y el Brasil realmente era un medio radial que iba más allá de las fronteras.







MIÉRCOLES  ES MI DÍA.
Es el tercer día de la semana, es el tiempo en que cualquier trabajador siente un aire de frescura y percibe que su compromiso laboral de la semana pronto se termina. Un día como ese YO nací. Los habitantes de la comarca descansaban del ajetreo del viejo año. El calendario señalaba Miércoles 1° de Enero del 1947. Un tiempo para planear con energía el nuevo año.
Recuerdo, ya en la escuela, el día miércoles se hacía un cambio en las  actividades curriculares. Ya no era el tiempo para las matemáticas o el lenguaje, sino para los trabajos manuales y las tardes deportivas, tiempo en que profesores y estudiantes aprovechaban para salir del salón de clase y ponerse en contacto con la naturaleza, era el paseo al río y el momento de descanso.
Siendo ya docente universitario, percibía el miércoles como un escalón en el ascenso del trabajo, ya que ante tanto compromiso de docencia, investigación y extensión, concebía el miércoles como la mitad de la semana y era mi tiempo para tomarme un aire de descanso y pensaba que mis compromisos por esa semana ya iban a terminar.
El 5 de abril tomé posesión como Decano de la Facultad de Educación y era miércoles… desde ese momento, ese día se proyectó para evaluar, programar y reorganizar las actividades que quedaban pendientes en el cumplimiento de mi tarea.
Camino a las Escuelas Normales de Colombia, como asesor de estas instituciones, el miércoles era el día de mi desplazamiento para desarrollar las actividades programadas y estar de regreso el sábado al seno de la familia. Cierto día en las preocupaciones laborales sentía que me había desvinculado del tiempo y del espacio, al salir de mi casa rumbo a la oficina, observé un calendario y exclamé: ¡Miércoles! Es mi día, al diablo con mis preocupaciones.


LA ÑAPA DE VIVIR

Siendo joven, observaba a mi madre anciana y le pregunté ¿Mamá qué siente usted cuando ve pasar el tiempo y cada minuto se siente más cerca al destino final?
Era la angustia de perder a mi madre.” A ésta edad hijo… ¡Ya cumplí, La tarea ya está hecha. El tiempo que estoy viviendo, es como la Ñapa de la vida”.
Entendí que me daba la respuesta con base en su trabajo, pues durante toda su vida tuvo una tienda, donde niños y pobres le pedían “La ñapa”,  ella encimaba un dulce, sonreía y decía “disfrutálo”, que es más sabroso que la misma compra.
También hice remembranza de mi suegro que a sus 60 años ante la misma pregunta me decía, “Ya estoy cruzando la esquina y los años que estoy viviendo son de gorra”.








EL PODER DE LA MENTIRA
Caminando  por la calle de la ciudad me encontré con muchos bultos de cemento abandonados, al no tener una explicación acudí a un maestro de obra a quien pregunté el por qué de tanto desperdicio, el me respondió que era un falso cemento fabricado, que no podía utilizarse en construcción porque lo edificios eran muy pesados y explotaban.
Al terminar el día ya cansado me recluí en el dormitorio y al conciliar el sueño sentí que “Algo pesado oprimía mi pecho, no podía levantarme, traté de observar qué sucedía; era una Estatua de la Virgen fabricada en ese material y descansaba en mi cuerpo. Inmediatamente le dije, quítate de aquí y como el peso continuaban le dije, ¿Aprovechas el poder Divino pa´joderme?  Que Dios te castigue. Hice un movimiento brusco para deshacerme de esa estatua tan pesada, inmediatamente, cayó y explotó invadiendo el dormitorio de una luz polvorienta, con una inscripción que decía… la mentira pesa y cuando se delata hasta el más grande se derrumba y se vuelve m…       ¡Vaya que sueño!                  

CUENTOS y RELATOS. Primera parte


CUENTOS Y RELATOS

Autor DANIEL QUINTERO TRUJILLO


DEDICATORIA

A mi esposa AliciaCompañera de mis sueños.

A mis hijas:              Edith Carolina y Tathiana.
Motivo y razón de vivencias y relatos.

A Laura Camila:
Que me insistió para que escribiera y motivó con mensajes especiales

Y a mis sobrinos y parientes:
Que me escucharon con atención en muchas ocasiones.












NADA SE TERMINA, SI HAY ALGUIEN QUE RELATE O ESCRIBA UN CUENTO.





ENTRE ARRABALES Y CAMINOS DE HERRADURA




PROLOGO
Ucontador de sueños… Ese es mi Papá. Cuando niña, nos contaba fabulosas historias que hoy plasma en estos cuentos y yo me preguntaba: ¿Cuándo tendremos historias de vida para poder contarlas también? Con el pasar del tiempo me doy cuenta, que Él crea y nos narra cuentos con base en sus vivencias y las nuestras, con un límite tan ligero y delgado que aun hoy no se qué es fantasía y qué es realidad.
En esta colcha de retazos ha plasmado con nostalgia y buen humor gran parte de su historia por los caminos  de la vida. Recuerdos desde el día que casi lo bautizan: “Agapito”. Con tal claridad Macondiana, que nos transporta a su mundo y nos hace vibrar, sentir, llorar y anhelar, cada espacio, cada momento vivido con amor. Nos mezcla con altura e imaginación un mundo surrealista y mágico con grandes y pequeños instantes de su vida y de la vida de los que ama.
¡Cómo no volver a vivir esos momentos en la tienda de Mamá Coco o cómo no enternecernos con la Pony Malta y el circo, que dejan ver su alma de niño y espíritu inquieto aún después del avance de las canas! El leerlas es un disfrute máximo de los sentidos que nos pasea por los rincones de su alma, por  las calles del Tamaco haciéndonos vivenciar aquellos momentos o acontecimientos, unos muy divertidos y otros que generan nostalgia, que se entrelazan para hacernos vivir, recordar y añorar épocas pasadas; personas que amamos mucho y que hoy leen estos párrafos desde el cielo, sintiéndose plenos, felices y orgullosos de que sea Ñelo, el intelectual y amoroso hijo de Doña Socorro y Don Teodoro,que con maestría virtuosa hila las historias para el deleite de todos.
Nos lleva de la mano a momentos familiares que para su vida fueron trascendentales y los asumimos como propios, como parte de nuestra historia y así mismo nos lleva a incrustarlos en lo más profundo de nuestro corazón.
Todos sus cuentos están motivados por un pequeño instante en su inquieta vida y para mí es un honor y un orgullo escribir estas líneas previas al viaje que cada uno de ustedes va a emprender al leer el libro.
Para todos los que lo lean, espero los trasporte como a mí y lo disfruten y vivan tanto como yo, fruto de uno sus sueños… hija del hacedor de sueños.
                                 CAROLINA QUINTERO GONZÁLEZ








EL DIA DEL BAUTISMO.
Ese domingo, cuando la misa mayor había terminado, el sacerdote se dirige al bautisterio, para oficiar el sacramento. Allí estaban  mis padres en compañía de Don Antonio y Doña Margarita que iban a servir de padrinos en tan importante ceremonia.
Eran los tiempos de nombres como: Bartolo, Rumalda, Bernabé oBelarmina. ¿Cómo van a llamar a ese niño? Pregunta el oficiante: “AGAPITO” Padre. Una risa burlona interrumpió la ceremonia, que el sacerdote aprovechó para buscar un libro de nombres de profetas y de santos. Enseguida con tono de autoridad se dirige a los presentes y les dice : Ese pegote de ojos verdes debe tener un nombre más cristiano, así que para que Dios lo proteja como al profeta en el foso de los leones, su primer nombre será Daniel y para que en el futuro sea un maestro de la verdad, será De Jesús.
A partir de ese día en la parroquia de San José de Convención para bien de la familia y de la pedagogía, se bautizó a Daniel de Jesús. Si no hubiese sido así… Agapito sería el maestro de escuela rural y autor de estos escritos.







EL ESTUDIANTE DE LA U.            
Diciembre, es el mes apetecido por los niños de la calle del Tamaco. Es tiempo de vacaciones, juegos y corrillos en la noche para relatar cuentos como El tío Conejo, Tío Tigre y Pedro Rimales. Mientras juegan, ven salir de la carrera 10 con calle 4, un estudiante de Ingeniería Química de la Universidad Nacional, que el día anterior había llegado al pueblo para visitar a su familia y ahora se dirige al café del parque, para cumplir una cita con los amigos de la secundaria, hablar de las novedades de la capital y de los avances en sus estudios.
Por un momento se suspenden los juegos ya que todos quieren ver pasar a Rafael, mientras que José, un compañero de juegos dice: ese señor es estudiante de la U. ¿Cómo? así gritan todos, tan grande y solo sabe las vocales? … nosotros somos más adelantados, ya conocemos el libro segundo de Alegría de leer.
De inmediato el tropel de niños corre a la tienda de la esquina a comprar caramelos, allí estaba la señora María Elena que hablaba con orgullo del regreso de su hijo en estas vacaciones, comentaba: es un muchacho juicioso, inteligente y no tiene que sufrir por la alimentación, porque él come a la carta. ¡Ve… ese es un sabio! porque se come las letras,  los chicos seguían jugando, pero se preguntaban unos a otros: ¡Cómo será comerse las letras de las cartas para ser Doctor!
SASPELUCANTINA

                           
El peluquero de mi pueblo, había instalado su negocio en el barrio La Plazuela. Un sábado lo encontré montado en una escalera, colocando un aviso que decía: SASPELUCANTINA DE MARCIAL VILLABA. Al no entender su significado, le pedí una explicación: es mi actividad comercial, sastrería en la mañana, peluquería en la tarde y cantina en las horas de la noche. De inmediato comprendí que era un hombre astuto, pues para sobrevivir había montado un múltiple negocio.
Cuando estuvo dispuesto para atenderme me dijo siéntese en el trono, me cubrió con un paño blanco, las tijeras bailaban en mi cabeza y con una peinilla perfilaba el corte.
El hablaba de lo divino y de lo humano, parecía un  radio viejo, narraba cuentos como el del señor que se mandó a tusar, para que eldiablo no lo conociera cuando viniera a buscarlo. Mientras hablaba, yo, lo observaba por el espejo de la pared del frente, estaba fatigado haciendo una tarea de nunca acabar, por fin esparce con  la brocha grande un talco para sacudir los cabellos del cuello, quita ese trapo, da algunos pasos y exclama: ¡ya terminé! para la próxima traiga el valor de dos cabezas. Cuando tuve que volver a la peluquería le recordé a mi padre lo ordenado por don Marcial y él me dio el dinero para que pagara el valor de una peluqueada y que la otra, Dios se la pague.
Ahora cada vez que voy al estilista recuerdo a don Marcial porque siempre se me dicen: disculpe Señor, vuelva más tarde, es que peluquearlo a usted es como atender dos turnos.













LOS CUENTEROS DE LA PIEDRA DELTAMACO

                 
                                           

Cuando los niños del Tamaco terminaban sus tareas, corrían a una piedra grande y de superficie plana, para relatar las historias que escuchaban de los abuelos o los cuentos que ellos mismos inventaban, en la mitad se ubicaba el niño que hacía de relator, se posesionaba de su papel: dramatizaba, cambiaba la voz, hacía gestos, mientras los otros lloraban o reían, imaginando los acontecimientos.
Muy cerca a la piedra estaba la carpintería de Juan llamado por los chicos “mentira fresca”  y mientras cepillaba las tablas con la garlopa,  también se divertía con los relatos de los niños, de pronto salía a la puerta y decía : “Ustedes no saben lo que le pasó a tío tigre… mientras ellos gritaban ”Qué pasó” sucedió que un conejo, que quería pasar a la orilla del río, le pidió a tío tigre que lo llevara montado en sus espaldas, prometiéndole que cuando estuviera al otro lado le conseguiría zanahorias en los campos, aceptó pero al llegar brincó del


lomo y se escondió en su cueva, desde donde veía al tigre llorar por el hambre y por pendejo. Al terminar, el carpintero anunciaba que al otro día les contaría el desquite de tío tigre.
Años después, siendo estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, observé que frente a la Torre de la Rectoría, adornada por las Pinturas de Siqueiros, que reflejan el espíritu de la Revolución Social de México en el siglo XX, paso obligado de los estudiantes a las diferentes facultades, en una tarima siempre estaba el Papirolas, relatando las hazañas de Pancho Villa en la revolución Mexicana, afirmaba que su decisión había sido definitiva para derrotar al Gobierno de 1910, apoderándose de las tierras para distribuírselas a los campesinos. Lo mismo se le escuchaba, sobre la Masacre deTratelolco: cuando seis mil estudiantes, reunidos en la plaza de las Tres Culturas, defendiendo la Autonomía Universitaria, observaron en el Cielo una Luz roja. Era una señal siniestra, la policía de México disparaba contra los estudiantes en ese 2 de octubre de 1968.
Algunos estudiantes se sentaban a escucharlo, otros continuaban su camino a los salones de clase y el Papirolas sin mirarlos, utilizaba sus manos elaborando figuras de papel. Cuando las perfeccionaba  decía al auditorio – No se preocupen si sus trabajos académicos no sirven, yo se los cambio por cuentos y les regalo avioncitos para que los pongan a volar en su imaginación o por barquitos de papel para que naveguen en el inmenso mar de sus responsabilidades –.
Al escucharlo me transportaba a la piedra del Tamaco. Imaginaba los niños de mi barrio y volvía a aterrizar a la Torre de Rectoría para decirme que todos tenemos historias por contar. Así que mientras exista alguien que narre o escriba un cuento, nada se termina… todo está por hacer. Ahora escriba usted su propio cuento.  


LA PONY MALTA Y EL CIRCO.
                    
Cuando comenzaba el mes de noviembre, el pueblo celebraba las fiestas de su fundación, había llegado un circo, para divertir a sus habitantes, instaló su carpa en el Llanobalón; por sus calles pasaba un carro altoparlante que anunciaba la última función, ese día con la compra de la boleta regalaban una Pony Malta que Bavariapromocionaba en el mercado.
Los profesores de la Escuela aprovecharon la tarde deportiva para llevar a los niños a disfrutar algo poco común en la región.
Nos ubicamos en los estrados altos de la carpa, cada niño con su botellita encantada con sabor a caramelo, la abrazaban y degustaban poco a poco, para que no se acabara. Me resbalé silenciosamente, la escondí cerca a un roto de la carpa, por donde salí a mi casa a buscar una totuma, regresando a toda velocidad, entré por el mismo sitio y no encontré mi botella, el vigilante que me observaba me cogió del brazo y me dijo “Colado debes pagar la boleta”…



-No, no,  yo pagué, - me llevó hasta la puerta, afortunadamente me escuchó llorar, un payaso animador de la función y preguntó ¿qué te pasa niño?
-Yo pagué y entré con los compañeros, pero, quería llevarle a mi mamá, un poquito de Pony en esta totuma y me la robaron del sitio donde la escondí.-  No sufras niño, al circo se viene a gozar, tomate ésta y cuando termine la función te la lleno.
Busqué a mis amigos del curso, disfruté y reí con los payasos, me gusto el saludo que el perrito Limber hacía al público levantando las manos y brincando en las paticas, la desaparición del conejo que hacía un mago, el malabarista que se suspendía en el aire caminando por la cuerda, el desfile de los elefantes y el susto que me llevé con ese señor que botaba candela por la boca. Finalmente aparece un payaso trompetista que anunció: ¡La función ha terminado¡
Lo cogí de la mano, él me echó la Pony en la totuma y corrí feliz a sorprender a mi mamá y contarle lo sucedido en el circo de mi pueblo.








UN PUEBLO EN LA OSCURIDAD.

Esta historia aconteció en el pueblo de Cote en 1955, año del juego del trompo y de los barriletes y quien relata, era un niño de 8 años que estudiaba en la escuela.
El pueblo situado en la cordillera oriental, límites con Venezuela, de calles empedradas, respiraba el olor de la caña y el café. Los habitantes se dedicaban a las actividades agrícolas y en el mes de Octubre llevaban las cosechas al almacén cafetero de propiedad de Don José Moreno, un próspero comerciante que viajaba a Aruba para cambiar los productos por camiones marca Ford, tipo F8 y aparatos eléctricos importados de Estados Unidos.
La luz se generaba por un motor diesel, instalado en una casona de la quebrada San Juan que los pueblerinos llamaban La Planta. Cuando la luz llegaba, la iluminación se asemejaba a una vela opaca y titilante, similar a las de los pesebres de Diciembre que prenden y apagan. Todos los habitantes estaban atentos a la llegada de la luz de 7 a 9 p.m. horario de prestación del servicio de alumbrado. Los estudiantes aprovechaban para concluir sus tareas y los adultlos, sacaban los taburetes a la puerta de la casa para conversar con los vecinos, narrar cuentos y hablar de política.
Aconteció que Don José, el comerciante de café, había traído para vender elevadores eléctricos Winchester que adquirieron para mejorar la iluminación.
El lunes cuando el pueblo se iluminó… sus habitantes corrieron a instalar los elevadores, de inmediato el pueblo quedó a oscuras y en el silencio de la noche se escuchó el eco del desconcierto
¡Carajo esto se jodió!  
Era la planta que se había paralizado por no tener capacidad para generar un alto voltaje. La gente se  acostó pensando Qué pasaría al día siguiente, mientras el Alcalde preparaba a la luz de una vela la Ordenanza  Municipal.
Cuando salí de la escuela al terminar la jornada de la mañana, observé, cerca del salón del billar, ubicado en la plaza principal, a un policía vestido de caqui con un tambor haciendo redobles en señal de atención. Era José de la Rosa, que leía el bando:
El Alcalde de Cote en uso de las atribuciones legales y considerando que en la noche anterior el pueblo quedó a oscuras Ordena:
Artículo Primero. Prohíbase el uso de elevadores.
Artículo segundo. Se ordena decomisar los aparatos en toda la población.
Artículo tercero.  Quien infrinja la presente ordenanza será llevado a la cárcel.
Cúmplase en forma inmediata.
Al terminar de leer el Bando, el administrador del billar, un señor de baja estatura y anatomía circular que escuchaba atento, tomó por el cuello al policía y le dijo “Oye José de la Rosa, si quieres llévame de una vez a la cárcel, porque yo seguiré utilizando el elevador ¡Qué más cárcel que éste pueblo!”
Los habitantes respetuosos de la ley, cumplieron la ordenanza, mientras que en las noches se veía a José de la Rosa, jugar en el billar con el administrador del salón y el pueblo siguió en las tinieblas, iluminado por la planta, las velas, la luna y las estrellas.


AHORA ME DA RISA EL APODO
En los primeros años escolares, los muchachos están pendientes de las cualidades o defectos que tenga alguno en el curso,  para bautizarlo con un apodo o sobrenombre: BISAGLA o LENGUETRAPO me llamaron, debido a mi defecto de pronunciación de la ERRE. La reacción era inmediata: Ira, llanto y peleas en el patio de recreo.
Buscaba seguridad acusándolos con el director del curso y al llegar a casa, la protección en mis hermanas docentes, que presurosas me daban tratamiento pedagógico, con la repetición de trabalenguas como:
“Erre con erre cigarro
Erre con erre barril.
Rápido, ruedan los carros.
Cargados de azúcar al ferrocarril”
Ejercicio que no modificó el defecto de pronunciación, pero me dio seguridad, mejoró la autoestima y disminuyó el nivel de agresividad.

Ya en la secundaria, el profesor de castellano que estimulaba la lectura en público, manejó con autoridad la conducta del grupo  al decirme que pronunciaba la Erre, como un buen francés. Corrí a contarlo en mi casa, mamá sonriente me dijo ¿Ves? Nadie es perfecto, hasta los franceses, son también bisaglas.




ESE ES MI TÍO.

Al terminar de contar mis cuentos y relatos tales como: “Que la Virgen María en el pesebre, amasaba la harina para el pan de San José”, o cuando una estrella se quedó en la tierra un siete de diciembre, para vestirse de verde e iluminar de esperanza los corazones de un pueblo olvidado; o mi relato de infancia, en aquel 24 de diciembre que pedí al Niño Dios de regalo  una pistola y me acosté tan temprano para que la espera no se hiciera tan larga y al amanecer hallé una vaca lechera… Mis dos hijas aún pequeñas preguntaban a mi señora ¿mamá eso es verdad? Y ella un poco incrédula, pero con el ánimo de mantener el prestigio y veneración de un hijo con su padre, les respondía: “es muy cierto hijas”.  En seguida un ejército de sobrinos se levantaban de la mesa del comedor y salían corriendo al patio, gritando alegres y a la voz de Marcel Leonardo se escuchaba la frase: ¡Ese es mi tío!












UN BUS EN EL AIRE.  
Por los años de 1953, un avión aterrizaba en el aeropuerto de Techo en Bogotá, porque mi padre Teodoro llevaba a la abuelita Visitación que iba muy enferma y debía llegar ese mismo día al Instituto de Cancerología. Manuel un paisano, estudiaba en la Universidad Nacional; había sido contactado para que lo orientara. Ya en esa época la Capital se percibía con problemas de tráfico, inseguridad y grandes distancias.

Fue novedoso su desplazamiento en trolebús, amarrado con tirantas a las cuerdas eléctricas estaba saturado de gente y se desplazaba a gran velocidad. Allí entendió la necesidad de manejar su dinero con mucha precaución. Mamá Cocó le hizo una faja con bolcillos ajustado por botones para guardar el dinero. Su gran dificultad era grabar los espacios ya que no sabía leer ni escribir y el estudiante de economía tenía sus propias responsabilidades. Aprovechaba las horas en que noestaba en el hospital para ir a los grandes almacenes, comprar los artículos que llevaría a su familia y un reloj muy fino al estudiante que lo acompañaba.

En una fría mañana de domingo, salió a recrearse acompañado por la joven pareja, para conocer el Parque Nacional, un fotógrafo que circulaba por el área, registro para la posteridad la imagen de Don Teodoro Quintero Sánchez luciendo como buen cachaco, consombrero borsalino negro, camisa blanca, corbata de listones, vestido gris a rayas de amplia solapa, fabricado en paño inglés y con zapatos negros marca Ago., comprados con la premura del tiempo, en la sastrería de Dalyn Yaduro ubicada en el callejón del Parque.

Tres meses después regresó a su pueblo. La Abuelita permanecería otro tiempo en el hospital. ¡Llegó papá! manifestaban los pequeños hijos, que curiosos, se arremolinaban a escucharlo y recibir los traídos de la capital. Mientras recibía mi juguete le pregunté: ¿Papá qué es un Avión? Frunció el seño y con  autoridad responde: No moleste hijo, No ve, que estoy cansado? Eso es “un bus con alas”. Sentí como un regaño, me retiré al aposento y dañé mi corneta, porque le había escuchado que cuando la dañara, él me la compraría para utilizarla como embudo y embotellar petróleo.
Muchos años pasaron, las ciudades crecieron y mi pueblo permanecía estacionado cual joya encerrada en una urna.
Ya en la universidad leía en el libro Lengua y Civilización Francesa de Mougé, la lección del aeropuerto de Orly en París, el autor se refería al avión como un bus del aire o AERBUS, viví el recuerdo de mi infancia, valoré su respuesta y comprendí que Él, tenía una Inteligencia Relacional. Esto es la capacidad de conectar acontecimientos, hechos de la naturaleza, de la vida y los objetos para hacer definiciones. Hoy cuando me desplazo desde cualquier aeropuerto imagino que mi padre desde las alturas celestiales, reirá de mi analfabetismo Aeronáutico