lunes, 17 de junio de 2013

CUENTOS Y RELATOS. SEGUNDA PARTE


INVESTIGANDO CON LA LUNA.


Lclase de ciencias naturales había terminado. El profesor Alfredo Cañón del grado quinto de primaria en el 59, con el propósito de incentivar el aprendizaje investigativo de los estudiantes dejó como tarea consultar la influencia de la luna en los seres vivos.
En las horas de la tarde antes de regresar a casa fuimos a la biblioteca, era un salón oscuro que albergaba libros viejos carcomidos por la polilla; nada se encontraba, solo la angustia de los escolares de no poder cumplir con la tarea.

En la noche antes de que la luz del pueblo se apagara, le pedí ayuda a mi papá, me fue relatando lo que se hacía en el campo, mientras tomaba apuntes en el cuaderno de tareas. El campesino hijo, me decía prepara la tierra en luna nueva, para luego esperar las cosechas, en creciente es buen tiempo para trasplantar arbustos, hacer injertos, podar árboles y hasta las vacas paren. En menguante, evitamos cortar árboles porque la madera de pudre, se curan los animales, ya que las heridas sanan en forma rápida. Cuando está como una arepa, grande y brillante es luna llena, es la luna de los enamorados, ellos salen con sus guitarras a dar serenatas a las novias, los niños gritan a la luna para que les de pan y queso y prometen regalarle una fortuna. Al terminar la explicación, agrega que una noche cuando prendió el radio de pilas en la emisora Sutatenza, escuchó una canción que decía: de un toro enamorado de la luna y que en la noche abandona la manada… Pero “si querés más información, decile a tu mamá que te ayude a buscar en el almanaque Bristol las fases de la luna”.
Al siguiente lunes, me correspondió el turno y leí lo anotado, todosescuchaban con atención y me ordena informar al curso el nombre de  la enciclopedia en que había investigado. Profe: en los libros nada se consigue. Fue mi papá quien me ayudó. Muy bien. La tarea está bien hecha. Dígale que Él es un hombre sabio y que la luna lo siga iluminando.










LA MAGIA EN LA PEDAGOGÍA.
                                                          

En las prácticas pedagógicas con niños de quinto grado en la escuela anexa de la normal de Convención, en una clase de ciencias naturales debía explicar el tema de la experimentación. Para ello recurrí a los conocimientos que Pepe Sarmiento nos impartió en clase de Química. Seleccioné la obtención del ácido clorhídrico, tema fácil para demostrar y motivar a los niños. Llevé al escritorio del salón, un mechero y dos tubos de ensayo con sus respectivas pinzas para sujetarlos. Mientras explicaba cómo obtenerlo y qué se requería; calentaba el agua (H2O) para separar y combinar los elementos: el Hidrógeno en forma de humo que conectado por una pequeña manguera pasaría al tubo que contenía solución de cloro (Cl), produciendo la reacción química del ácido clorhídrico. Expliqué los peligros y prevenciones para evitar quemaduras y el cuidado con los ojos y la piel.
En esta época la metodología tenía como influencia los pasos Herbatianos que me indicaban, que una vez concluida la explicación, los estudiantes deberían efectuar la aplicación del contenido para comprobar su aprendizaje.
Juan Carlos uno de los estudiantes decía: “Profe, yo quiero hacer magia” lo seleccioné para que frente al grupo repitiera el experimento, con la seriedad del aventajado que quiere hacer innovaciones, se concentra, hace las combinaciones químicas y en el momento que se produce la ebullición se asustó… me lanzó el contenido al Everfit, quemando la solapa del saco que estrenaba. Los chicos gritaban, ¿Qué pasó… qué pasó…? Mientras el director de la Práctica lo toma de la oreja fuera del salón y dice, en las horas de la tarde debe regresar con los padres a la Coordinación”
Al iniciar la jornada se reúnen el Director de la escuela, el director de prácticas, los padres, el estudiante y el practicante de 16 años, para ser informados de la expulsión del niño por el incidente.
Tomé la decisión de evitar la sanción, manifesté al Director: “No, nada grave ha pasado, Juan Carlos estaba haciendo Magia  y aprendió el tema”
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Y usted viera -  en el Congreso sobre la Calidad de la Educación en Colombia a comienzos del siglo XXI, realizado en Corferiasde Bogotá, escuché que alguien gritaba: Mi profe, mi profe… me abrazó y dijo Yo soy ese niño que le quemó el vestido. ¿Recuerda? De inmediato le dije, claro que sí, pero veo ¡que Ya puedes pagármelo!  “Así es Profe: Yo Ya se lo pagué, porque hoy, soy lo que soy, por usted que es un gran Maestro, me gradué en Biología y Química, hice posgrado en investigación y soy un Rector comprensivo que orienta la juventud, como usted que evitó mi frustración. Ésta es la magia de la Pedagogía.


EL HIJO DE LA CASA BLANCA.
El calendario señalaba el día 18 de noviembre de 1963. Mi padre regresaba de casa blanca, vereda donde él tenía su finca.
A las 12 m. mientras almorzábamos, radio Sutatensa en su noticiero del medio día, anunciaba la salida del Presidente Kennedy de la casa Blanca rumbo a Dallas Texas. ¿Qué está pasando en casa Blanca? preguntó mi padre. Nada respondí. La Casa blanca es la residencia del Presidente de estados unidos.
Ya en las horas de la tarde, mientras mi padre descansaba de la fatiga de trabajo en el campo, mi madre me acompañó al teatro del colegio para recibir el título de Maestro.
De regreso a la calle del Tamaco, sitio donde se ubicaba nuestra residencia pude percibir a lo lejos a mi papá, recostado en un taburete, contra la pared exterior de la casa; corrí rápidamente como cuando un niño quiere mostrar un juguete y al estar frente a él, leí la descripción del Diploma: El ministerio de Educación Nacional, le confiere a Daniel de J. Quintero Trujillo el título de MAESTRO DE ESCUELA RURAL. Al término de la lectura, se levantó, me abrazó emocionado y dijo: “Nunca pensé que un hijo de campesino llegara a ser maestro y menos nacido en la casa blanca sin ser hijo de Presidente Americano”.
Estas palabras quedaron grabadas en mi alma, años después en el ejercicio de la docencia universitaria, y rumbo a un congreso pedagógico en Paipa, acudí a un artista que había sido mi alumno, para que en pirograbado esculpiera la frase de mi padre con el seudónimo de TEOQUINSA. Y ¿quien era ese filósofo chino?, me preguntó. Es mi papá le respondí, entonces usted nació en la casa blanca? Claro que sí. Uff, profe… usted es un maestro respetable.


UN SUEÑO DE SER MAESTRO
El Gobernador Eduardo Cote Lamus, poeta y autor de los estoraques firmó en 1963 a mis 16 años, el diploma de Maestro de Escuela Rural, a él escribí desde mi pueblo natal solicitándole un nombramiento para ser docente en una escuela de vereda.
Al pasar el tiempo sin respuesta oficial y gracias a mi hermana Emilce, que ejercía la docencia en ese municipio, recibí su  apoyo para que viajara a la ciudad de Piedecuesta a continuar estudios de Normalista Superior. Aún allí abrigaba la esperanza que en algún momento recibiera una llamada de mi familia comunicándome la noticia del anhelado nombramiento; la llamada se hizo un 24 de septiembre, para informarme que El gobernador había muerto en un accidente automovilístico, noticia que enlutó el mundo de las letras, así mismo el de las escuelas de vereda, por no haberse nombrado a un maestro de escuela rural. Como la política de empleo en el país, no garantizaba el derecho al trabajo, resolví continuar mis estudios superiores y posteriormente, ejercer la docencia universitaria por cuarenta años.
Los tiempos avanzaron. En agosto de 2007, mientras mi madre agonizaba en la clínica San José de Cúcuta, quise mostrar a mi hija Carolina la oficina de gobierno y buscar en los archivos mi solicitud de empleo. Ya en ese lugar el funcionario lamenta no poder responderme, ya que diez años antes las llamas de un  incendio consumieron el archivo general. Y me dice: señor, siga insistiendo en su nombramiento ojalá logre que a su edad lo puedan vincular.
De regreso a la ciudad y mientras bajaba las escaleras del edificio, mi hija en un acto de amor y de ternura se dirige a mí para decirme “Papi, tu eres el símbolo del colombiano que tiene el valor de no dejarse vencer por las adversidades”. Sí hija, Gracias a Dios y a mi tenacidad por el estudio, logré un escalafón en la docencia universitaria y hoy a mi edad disfruto el derecho de ser jubilado.

ILUSIONES DE NAVIDAD.
¡Papi, llegó diciembre con su alegría!.
Eran las expresiones de dos niñas al comenzar el mes. Las emisoras engalanaban la temporada con la música de Navidad y Caracol dejaba escuchar su legendaria propaganda comercial: “Año nuevo y navidad, caracol a sus oyentes formula votos fervientes de Paz y Prosperidad”

                 
Los días previos a la novena salían al bosque de la Colina, acompañadas de sus amigos del barrio y de Ana María Peña, que por muchos años estuvo presente en sus juegos y aventuras infantiles.

Hacían fogatas, preparaban almuerzos campestres con arroz, papa, porciones de carne y toda la sazón del ambiente familiar, claro que, mientras hervía: recogían musgos, quiches, pajitas, para la elaboración el pesebre y al revisar el cocido, se habían colado a la olla, tres o cuatro ranitas saltarinas, para incrementar el almuerzo.

El 16 en la noche, reunidos alrededor del pesebre alistaban: el chucho, la pandereta, pitos y algún tambor improvisado para rezar la novena y acompañar los villancicos tradicionales: A la nanita nana, los pastores de Belén, el burrito sabanero y demás que hacían agradable el encuentro y la oración. Muy cerca a la Noche Buena, escribían la Carta al Niño Dios con solicitudes especiales, propias de esa temporada: dos o tres juguetes, la ropa, platica para que el papá pudiera comprar regalos, salud para los padres, abuelitos y para que, en el estudio del próximo año, obtuvieran parabienes.

Cuando los gozos se iniciaban, también venían risas y chistes, pero luego juntaban las manos, entornaban sus ojos al hacer la oración al  Niño y se encantaban con la frase: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”… entonces colocaban en el árbol, los escritos para que No se olvidara del regalo de navidad.

Terminada la consideración de la novena, corrían por los dulces, la natilla y las galletas untadas de diablitos y salían al parqueadero donde esperaban otros vecinos con quien compartir los dulces y seguir jugando hasta cansarse.

Recuerdo la expresión de felicidad en ese 25 de diciembre cuando Taty encontró su regalo, era un hermoso osito llamado “Kikoso risitas” con carita de ángel, boca recogida para chuparse el pulgar, piel de durazno, pestañas movedizas y abrigo de esquimal metido en una mochila para poder trasportarlo, mientras, Carol gozaba con su equipo de Fisher Price, que la hacía soñar con  las ciencias médicas.

Los juegos tempraneros despertaban a los adultos que apenas empezaban a conciliar el sueño por la larga espera de la noche de navidad.

Al rato, ya se habían arreglado para salir a Misa en compañía de sus padres y juguetes. ¡Justo para la Consagración! El Kikoso irrumpió en el llanto de niño recién nacido y una religiosa que acompañaba al Sacerdote, bajó del Altar y arrebató el juguete por irrespeto a la Casa de Dios. Tathiana y Kikoso lloraban en coro, Carol corre y dice a la monjita: “Señora no sea ladrona, el Kikoso es el regalo que trajo el Niño Dios a mi hermanita”. Los llantos eran ahogados por el tilín – tilín de las campanas de la iglesia, tiempo aprovechado por el papito amoroso,  para dirimir el conflicto infantil en la Misa de Navidad. Cerca a la puerta de la sacristía se recupera el juguete y dando la mano a las hijas, continúan atentos a la celebración.  

El osito seguía llorando, quizás porque en su imaginación observó en la calle rumbo a la Iglesia, que muchos pequeños del barrio despertaron esa mañana sin el regalo de navidad. Sin embargo, al llegar al hermoso pesebre que adornaba la sala del hogar, oraron  a los Reyes Magos que avanzaban a la Gruta de Belén, para pedirles que el 6 de enero, trajeran otros juguetes a los compañeritos, ya que el Niño Dios los había olvidado por su premura de llegar a la tierra a salvar la humanidad.





UN SITIO DE ENCUENTRO.

Había llegado a la capital de la montaña en 1970, para realizar estudios de postgrado en la universidad de Antioquia.
La ciudad era desde ese entonces Capital económica del país y un lugar apetecido para la realización de congresos académicos y científicos, como el que se realizó en Psicoorientación.
Existía el BAR GANADERO, ubicado en la avenida La Playa con Sucre. Era un sitio de encuentro de comerciantes, ganaderos, comisionistas, que como el joven Luciano, esperaban a  los clientes, para ofrecerles, Lotes de ganado, casas y apartamentos. Era el lugar que frecuentaban poetas, escritores y mientras tomaba un tinto, yo esperaba al esposo de una señora inválida, quien pasaba mis trabajos académicos a máquina para presentarlos a la universidad.
Al comienzo del mes de agosto, clientes y transeúntes veían pasar el desfile de silleteros, cargados con hermosas flores, cultivadas en el corregimiento de Santa Helena. El murmullo producido por laconversación de los presentes, se confundía con las arengas de los participantes en el desfile: “Cuando un silletero pasa, es Antioquia la que pasa”.
En un encuentro con el autor de la novela “La Casa de las dos palmas”  al referirme al Bar Ganadero, recordó que en una ocasión cuando el narcotráfico imperaba… se armó una balacera, un estudiante de derecho que pasaba por allí con el código de leyes soportado por la mano izquierda a la altura del corazón, se desmayó y cayó al piso, el médico que lo auxilió dictaminó que No Había muerto, porque la bala solo atravesó hasta el segundo capítulo del extenso código de leyes.
Cuatro décadas más tarde, al regresar del funeral de Ceci la esposa de  mi hermano Roberto, fuimos al bar, todos teníamos sombreros blancos, parecíamos unos montañeros elegantes que robaban la atención a la clientela, encontré a Luciano estropeado por los años, con la cabeza cubierta por la nieve. Nos saluda y dice: El Ganadero ya no existe, ahora se llama restaurante Apetipan, pero para los clientes, sigue siendo el mismo. Los estaba esperando, porque sabía que ustedes venían de la montaña, a comprarme un apartamento. Fernel se comunicaba con la familia allá en la región del Catatumbo y a voz en cuello les decía, esta es una gran ciudad, es el lugar donde se debe vivir. Si los gobernantes roban dejan algo para construir obras, mientras mi pueblo sigue sin carreteras y metido en un hueco. Ya al atardecer Luciano insistía: No me olviden que yo les vendo hasta el METRO para que lo lleven de regalo a la ciudad de Bogotá. Al final de la tarde, rumbo al Hotel Casa Blanca de Laureles, el taxista giró hacia el Parque Berrío, observamos La Gorda de Botero, dándole la espalda al Banco de la República, tal vez como señal que ni el dinero, ni las cosas materiales le importan, pues era más significativo vivir, para poder construir un mundo en Paz y de Alegría.


BUENOS DÍAS AMÉRICA.


Tenía como destino de viaje la ciudad de Puerto Carreño. En el Dorado abordamos un bimotor, se me notaban los nervios. Un pasajero se identificó como Paolo Lugari, director del centro gaviotas de los llanos orientales, que fabrica los arietes y molinos viento. Al observarme preocupado me manifestó que él, siempre hace el mismo recorrido y nunca ha pasado nada a pesar de ser aviones de la segunda guerra, que cuando se les apaga un motor aterrizan con el otro.
Llegué a la capital del departamento del Vichada con la misión de asesorar La Escuela Normal Superior, Federico Lleras Acosta en su proceso de reestructuración curricular, se programó la conferencia “Política de Formación de Maestros en Colombia”, el gobernador ordena transmitirla por la emisora Voz del Orinoco, para que la comunidad se enterara de los cambios educativos que el MEN, venía realizando. Allí se planteó la necesidad de formar un Nuevo Maestro con identidad regional para orientar a las comunidades indígenas y diseñar un currículo con enfoque investigativo. Terminada la intervención el gerente de la emisora me invitó a un restaurante en el puerto, para que me refrescara con los vientos de los ríos Orinoco y Meta, tomara una bebida fría, porque a esa hora del día el calor era intenso, nos atendió un hombre ciego que me identificó, ya que había escuchado la conferencia y su saludo fue: Profesor usted estaba en la mejor emisora de América. Al retirarse para traer las bebidas solicitadas el gerente me explica que a las seis de la mañana cuando comienza la programación, tiene como costumbre hacer un saludo cordial de “Buenos días América” lo que el ciego no sabe es que así se llama mi señora. Luego pensé que esa emisora ubicada entre Colombia, Venezuela y el Brasil realmente era un medio radial que iba más allá de las fronteras.







MIÉRCOLES  ES MI DÍA.
Es el tercer día de la semana, es el tiempo en que cualquier trabajador siente un aire de frescura y percibe que su compromiso laboral de la semana pronto se termina. Un día como ese YO nací. Los habitantes de la comarca descansaban del ajetreo del viejo año. El calendario señalaba Miércoles 1° de Enero del 1947. Un tiempo para planear con energía el nuevo año.
Recuerdo, ya en la escuela, el día miércoles se hacía un cambio en las  actividades curriculares. Ya no era el tiempo para las matemáticas o el lenguaje, sino para los trabajos manuales y las tardes deportivas, tiempo en que profesores y estudiantes aprovechaban para salir del salón de clase y ponerse en contacto con la naturaleza, era el paseo al río y el momento de descanso.
Siendo ya docente universitario, percibía el miércoles como un escalón en el ascenso del trabajo, ya que ante tanto compromiso de docencia, investigación y extensión, concebía el miércoles como la mitad de la semana y era mi tiempo para tomarme un aire de descanso y pensaba que mis compromisos por esa semana ya iban a terminar.
El 5 de abril tomé posesión como Decano de la Facultad de Educación y era miércoles… desde ese momento, ese día se proyectó para evaluar, programar y reorganizar las actividades que quedaban pendientes en el cumplimiento de mi tarea.
Camino a las Escuelas Normales de Colombia, como asesor de estas instituciones, el miércoles era el día de mi desplazamiento para desarrollar las actividades programadas y estar de regreso el sábado al seno de la familia. Cierto día en las preocupaciones laborales sentía que me había desvinculado del tiempo y del espacio, al salir de mi casa rumbo a la oficina, observé un calendario y exclamé: ¡Miércoles! Es mi día, al diablo con mis preocupaciones.


LA ÑAPA DE VIVIR

Siendo joven, observaba a mi madre anciana y le pregunté ¿Mamá qué siente usted cuando ve pasar el tiempo y cada minuto se siente más cerca al destino final?
Era la angustia de perder a mi madre.” A ésta edad hijo… ¡Ya cumplí, La tarea ya está hecha. El tiempo que estoy viviendo, es como la Ñapa de la vida”.
Entendí que me daba la respuesta con base en su trabajo, pues durante toda su vida tuvo una tienda, donde niños y pobres le pedían “La ñapa”,  ella encimaba un dulce, sonreía y decía “disfrutálo”, que es más sabroso que la misma compra.
También hice remembranza de mi suegro que a sus 60 años ante la misma pregunta me decía, “Ya estoy cruzando la esquina y los años que estoy viviendo son de gorra”.








EL PODER DE LA MENTIRA
Caminando  por la calle de la ciudad me encontré con muchos bultos de cemento abandonados, al no tener una explicación acudí a un maestro de obra a quien pregunté el por qué de tanto desperdicio, el me respondió que era un falso cemento fabricado, que no podía utilizarse en construcción porque lo edificios eran muy pesados y explotaban.
Al terminar el día ya cansado me recluí en el dormitorio y al conciliar el sueño sentí que “Algo pesado oprimía mi pecho, no podía levantarme, traté de observar qué sucedía; era una Estatua de la Virgen fabricada en ese material y descansaba en mi cuerpo. Inmediatamente le dije, quítate de aquí y como el peso continuaban le dije, ¿Aprovechas el poder Divino pa´joderme?  Que Dios te castigue. Hice un movimiento brusco para deshacerme de esa estatua tan pesada, inmediatamente, cayó y explotó invadiendo el dormitorio de una luz polvorienta, con una inscripción que decía… la mentira pesa y cuando se delata hasta el más grande se derrumba y se vuelve m…       ¡Vaya que sueño!                  

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